IAs demandadas por violar derechos de autor

México

En los últimos años, ha crecido muchísimo la popularidad de las aplicaciones que utilizan la inteligencia artificial para hacer tangibles nuestras ideas, pero también para generar imágenes mostrándonos a nosotros, a personajes o hasta objetos en distintas situaciones y aunque hasta aquí parece no haber problema, hay un detalle que no se debe olvidar: los derechos de autor.

Un grupo de artistas comandado por Sarah Andersen, Kelly McKernan y Karla Ortiz presentaron una demanda colectiva contra Midjourney y Stability AI, empresas creadoras de aplicaciones como Midjourney y Stable Diffusion, así como a DeviantArt, que acaba de lanzar DreamUp, su propio generador de arte utilizando inteligencia artificial.

¿Y cómo es posible que la Inteligencia Artificial viola derechos de autor si supuestamente trabaja con nuestras ideas? Ahí te va: de acuerdo con Polygon, la demanda menciona que estas empresas “violaron los derechos de millones de artistas” al utilizar miles de millones de imágenes de internet para entrenar su herramienta de arte sin el “consentimiento de los artistas y sin compensar a ninguno de ellos pero sí beneficiándose comercialmente".

Ante las demandas, la única empresa que ha respondido es Stability AI diciendo que "cualquiera que crea que esto no es uso legítimo no entiende la tecnología y malinterpreta la ley".

Pero en realidad es más complejo de lo que parece porque tradicionalmente, la titularidad del derecho de autor sobre las obras generadas por computadora no estaba en entredicho porque el programa no era más que una herramienta de apoyo al proceso creativo, muy similar al lápiz y al papel.

Ahora, las obras creativas gozan de la protección del derecho de autor si son originales, teniendo en cuenta que la mayor parte de las definiciones de originalidad requieren un autor humano.

En la mayoría de las jurisdicciones, únicamente las obras creadas por un ser humano pueden estar protegidas por el derecho de autor. Sin embargo, en los últimos tipos de inteligencia artificial, el programa informático ya no es una herramienta, sino que toma muchas de las decisiones asociadas al proceso creativo sin intervención humana.

Entonces, en teoría, esas obras podrían considerarse libres de derechos de autor porque no han sido creadas por el ser humano y por consiguiente, cualquier persona podría utilizarlas y reutilizarlas libremente y eso, a su vez puede ser un problema grave para los artistas y hasta para las empresas creadoras.

La realidad aquí es que hay un hueco jurídico importante y que se debe resolver pronto porque esto significaría que además de que podría haber sustitución de personal humano, sería a costa de su creatividad y un buen desarrollo de algoritmos.