Muere el exlíder soviético Mijaíl Gorbachov

México

Mijaíl Gorbachov, el último presidente de la Unión Soviética antes de su disolución, falleció en Moscú a los 91 años, de acuerdo con comunicados oficiales. Su fallecimiento, se debió a una larga y grave enfermedad que acarreó hasta el día de hoy. 

La agencia de noticias rusa Tass, indicó que será enterrado en el cementerio Novodevichy de Moscú, lugar de descanso de muchos rusos prominentes, junto a su esposa Raisa fallecida en 1999.

Legado

Gorbachov, cuyo tumultuoso gobierno se asoció con los términos de la “reestructuración y apertura”, se ganó la aclamación de la comunidad internacional y recibió el Premio Nobel de la Paz en octubre de 1990 por su papel en la finalización de la Guerra Fría y la reunificación de Alemania.

Una vez llegó al poder, Gorbachov lanzó dos estrategias para tratar de impedir el colapso de la Unión Soviética, que parecía inminente. Según el líder, el país necesitaba una perestroika o reestructuración económica, además de glasnot o apertura-transparencia. 

Bajo su mandato aumentaron la tolerancia de credo y pensamiento y la divulgación de noticias nacionales e internacionales. Por otro lado, emprendió una campaña para democratizar el Partido Comunista y permitir el pluripartidismo. Sin embargo, también deja un legado fundamental en cuanto a la política exterior, pues se centró en poner fin a años de Guerra Fría y firmó varios acuerdos con los gobiernos estadounidenses de Ronald Reagan y de George Bush para el control de armas nucleares que comenzó con la firma del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio.

Además, puso fin a la ocupación soviética de Afganistán, regularizó las relaciones diplomáticas con China, e incluso se alió con Estados Unidos durante la Guerra del Golfo en 1991.

Carrera política

Nacido el 2 de marzo de 1931 en Privolnoye, Rusia, Unión Soviética, Mikhail Sergeyevich Gorbachov estudió Derecho en la Universidad Estatal de Moscú en 1955 y posteriormente Economía en la Facultad de Economía del Instituto Agrícola de Stavopool.

Aunque sus estudios transcurren entre esos años, su preparación académica no era lo único que ocupaba su tiempo, pues en 1952 se unió al Partido Comunista de la Unión Soviética y trabajó en varios puestos dentro del mismo durante las siguientes dos décadas. A la par, entre 1955 y 1958 fue nombrado primer secretario del Partido Comunista del Comité Municipal de Stavropool Komosomol.

Unos años más tarde, en 1963 fue nombrado jefe del Departamento de Agricultura de la región de Stavropol y en 1970 se convirtió en el primer secretario del Partido Comunista para que años después, figurara cómo diputado del Soviet Supremo, máximo órgano legislativo de la Unión Soviética.

Después de la disolución de la Unión Soviética, regresa a la política en 2001 cuando es elegido presidente del Partido Socialdemócrata de Rusia, al que renuncia en 2004, mismo año en que gana un premio Grammy al mejor álbum de Palabras Habladas para Niños, por "Prokofiev: Peter and the Wolf/Beintus: Wolf Tracks". Comparte el premio con Sophia Loren y el expresidente estadounidense Bill Clinton.

Invierte en acciones de un periódico independiente en 2006 y en 2007 modela para Louis Vuitton pero nuevamente se convierte en líder de la Unión de Socialdemócratas, un nuevo movimiento ruso.

 En 2011, cuando Dmitry Medvedev era presidente de Rusia, otorgó a Gorbachov la Orden de San Andrés, el honor más alto. Pero cuando hubo cambio de presidencia, en 2013 criticó a Vladimir Putin por "tener miedo a su propia gente".

Sus últimos años activos fueron 2017 y 2018. En el primero resalta con un artículo que escribe para la revista Times titulado "Parece que el mundo se está preparando para la guerra", donde expresa su preocupación por la militarización de la política y la nueva carrera armamentista. Mientras que en 2018, publica en el Washington Post una columna de opinión sobre la intención del ahora ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirarse del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio que había firmado con Reagan en 1987, donde sugirió que abandonar el tratado significaría amenazar nuestra propia existencia.