Las ráfagas de viento pueden impactar la calidad del aire en la CDMX
De acuerdo con especialistas de la UNAM, éstas transportan partículas finas de origen geológico
Y es que la tarde del pasado miércoles 27 de enero la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME) reportó un índice de Aire y Salud “extremadamente malo”.
Agustín García Reynoso, Oscar Peralta Rosales y Alejandro Jaramillo Moreno, expertos del CCA, dejaron en claro que la calidad del aire depende de dos factores: las emisiones vertidas y las condiciones meteorológicas.
“Nosotros, como Ciudad de México, nos consideramos el ente emisor de contaminantes, entre más viento haya para nosotros es mejor porque estos contaminantes se dispersan hacia otras regiones, pero el pasado 27 de enero, con la influencia de los vientos provenientes del noroeste, causados por el frente frío, fuimos el punto receptor”, explicó Oscar Peralta.
Ya hemos tenido este fenómeno en ocasiones anteriores, agregó, en los que hay contingencias con partículas PM2.5, que son de origen antrópico, humano.
El episodio de mala calidad del aire fue con PM10 -característico de suelos-, y generalmente este tipo de material, como son partículas más grandes solo se levantan con una intensidad de viento de más de ocho metros por segundo.
A su vez, Alejandro Jaramillo indicó: la parte meteorológica juega un papel importante dentro del Valle de México. En particular, durante la época entre el otoño y la primavera tenemos la llegada de estos frentes que afectan la velocidad de los vientos en esta zona.
En tanto, Agustín García Reynoso afirmó que en esa ocasión las condiciones meteorológicas hicieron que se presentaran tolvaneras que llegaron a la ciudad por vientos intensos; como no ha llovido, el polvo o material geológico se alzó.
“Las normas que rigen la calidad del aire se han hecho más estrictas, por eso hemos visto el repunte de algunas contingencias, por ejemplo, no porque tengamos peor calidad del aire, sino porque somos más exigentes”, precisó.
“No podemos controlar la meteorología, pero sí nuestra exposición a tolvaneras; el uso de mascarillas puede ayudar a protegernos de partículas grandes, sin olvidar que la calidad del aire es responsabilidad de todos, y por ello hay que ser eficientes en el uso de los recursos”, concluyó.