Te amo pero... no puedo con tu intensidad
¿A quién de ustedes les pasa esto?
Te amo pero... no puedo con tu intensidad
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México
En entrevista con "Martha Debayle en W", Mario Guerra, tanatólogo, conferencista y business coach (TW: @marioguerra) nos habla de cuando amas a tu pareja, pero su intensidad es inaguantable.
Amar con intensidad no es amar demasiado, pero sí pueden parecer demasiadas las actitudes, conductas o hasta demostraciones de amor que una persona tenga con su pareja y el resto del mundo. Una persona intensa no es necesariamente lo mismo que una persona sensible, aunque algunos suelen argumentar eso. Cuando la intensidad de uno rebasa la tolerancia de la otra persona, es hora de hacer ajustes antes de que sea demasiado tarde..
¿A qué nos referimos hoy con intensidad?
● Son conductas o actitudes de elevada carga emocional que una persona tiene, generalmente por
ser demasiado excitable.
● Es una forma de ser poco adaptable al contexto u otras personas presentes.
Tres posibles formas de intensidad:
1. Intensidad amorosa o romántica.
○ Tu pareja no es una persona celosa o controladora, pero te manda mensajes todo el día,
emoticonos, te marca, te pregunta dónde estás, qué haces, se te aparece en lugares
inesperados o quiere estar todo el tiempo en contacto contigo.
○ Te abruma con “cariños”, arrumacos, abrazos, besos y contacto. Te satura con palabras
amorosas y te pide que tú hagas lo mismo. No encuentras espacios de intimidad a veces ni
en el baño.
○ El tema con la intensidad romántica es que muchos no la ven mal; argumentan que el amor
no puede ser exagerado.
■ Probablemente no, pero sus demostraciones son otra historia.
2. Intensidad dramática o conflictiva.
○ Esta tiende a ser la más destructiva. Sin razón aparente o identificada, la persona vive en
quejas constantes hasta del clima, tiende a culpar a otros de todo lo malo que pasa (por lo
tanto esa persona es la víctima), tiene una alta sensibilidad a todo lo que no le parece bien,
es muy reactiva y emocionalmente volátil, catastrofiza lo que pasa o pasará, tiene
derrumbes emocionales impredecibles o intensos con llanto y lamentos desmedidos y
también puede hacer berrinches.
○ Las personas que parecen prosperar con el drama constante suelen tener problemas para
mantener relaciones a largo plazo. A medida que pasa el tiempo, ninguna cantidad de
carisma puede compensar la frustración y el agotamiento que crea el comportamiento
agitado y estresante del drama.
○ Una intensidad dramática o de conflicto se mantiene por :
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■ La necesidad de la persona de hacerse más notoria.
● Como cuando no encuentras otra manera de hacerte escuchar o de obtener lo
que necesitas. Muy común en la baja autoestima.
■ Problemas en la infancia.
● El trauma interrumpe nuestro sentido del yo. Podemos terminar con menos
límites personales que los demás, menos capacidad para controlar nuestras
emociones y también el hábito de buscar el lado positivo a la vida como una
forma de complacer a los demás.
● Lo aprendiste desde la infancia en un ambiente donde no se sabía poner
límites y el conflicto era una manera de tener o detener.
■ Es una conducta muy adictiva.
● La dopamina liberada cuando surge el conflicto o el enojo puede hacer que las
personas sientan una descarga de energía que tiende a volverse adictiva y a
necesitar cada vez más drama o conflicto para lograr el mismo efecto.
■ Una personalidad conflictiva.
● Hay 3 signos comunes de la presencia de una personalidad conflictiva en una
relación, familia o grupo:
● Malestar crónico. La persona está como de malas o volátil la mayor parte del
tiempo.
● Confusión continua: Como no tiene claro lo que está sintiendo, es probable
que tampoco sepa lo que quiere o necesita.
● Conflicto continuo. Toda esa carga emocional sin dirección provoca que la
persona tenga que colocarla en alguna parte y entonces la proyecta en sus
relaciones.
3. Intensidad entusiasta.
○ Son personas que aman los lunes soleados o los lunes tormentosos; a todo mundo le
preguntan cómo están, cómo les fue el fin de semana y qué desayunaron. Van tocando y
abrazando a las personas y como dando saltitos por la vida. No paran de hablar de lo que
sea y pueden ser optimistas hasta en medio de un cataclismo universal.
○ Si están planeando su boda van a saturar a todo el mundo con mensajes, correos, fotos y
posteos del avance de la fiesta hasta en sus más mínimos detalles.
○ El problema con este tipo de intensidad es que:
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■ Te impide ver lo que tu pareja puede ver.
● Por ejemplo, que la relación necesita mantenimiento, que las finanzas no están
tan bien, que la crianza de los hijos no va por tan buen camino o que le estás
asfixiando con un optimismo irracional.
■ Puedes salirte de contexto muy radicalmente.
● Por ejemplo, no a todos los que acaban de perder a un familiar les gusta que
les digan que su ser querido ya dejó de sufrir, que ya está en un mejor lugar y
que no le gustaría verlos tristes.
¿Pero qué tiene de malo ser intenso?
● Nada en sí mismo, a menos que estemos muy fuera de contexto (nadie más lo es), rebasemos los
límites de lo aceptable (para el lugar o personas con las que estemos) o que las personas con las
que convivamos no sean muy tolerantes a nuestro nivel de intensidad.
● El exceso emocional es dañino por las mismas razones que otros tipos de excesos son dañinos.
○ Hasta beber agua natural en exceso o respirar oxígeno puro por largo tiempo puede ser
dañino.
● Además, especialmente con la intensidad romántica, tu pareja puede pensar que no te ama tanto y
no es porque no lo haga. A veces tu forma de amar opaca no sólo los actos románticos de la
pareja, sino hasta le hace dudar o al menos cuestionarse si te amará tanto como tu pareces
amarle. Por el contrario, si tu intensidad es dramática, a veces a tu pareja le pasará por la cabeza
si hace bien en tolerar tanto sin poner límites o tomar otra decisión con respecto a su permanencia
en esa relación.
¿Pero qué no el amor verdadero tiene que ser enorme, absoluto y sin limitaciones?
● Eso se dice como parte de los ideales del amor romántico, pero no necesariamente de un amor
más completo, maduro o adulto, en todo caso.
● El amor implica, entre otras cosas, procurar de forma desinteresada para la otra persona algo
bueno y que le haga bien.
● Entonces si tu forma de amar o tu personalidad no le hacen bien a la otra persona, ¿Cuál es tu
intención dentro de esa relación? ¿Hacer catarsis, ser muy tú o construir una relación que a ambos
haga bien?
Pues es que yo “así soy” y no lo puedo evitar.
● Claro. De niños fuimos muy intensos hasta para pedir de comer, pero poco a poco, idealmente,
fuimos aprendiendo a autorregularnos para poder estar en contexto y pertenecer a nuestro grupo
familiar o social.
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● Lo que quiero decir es que es posible que así empezaste a ser, pero tampoco has hecho mucho
por buscar matizarte. No porque tengas que hacerlo, sino porque a veces la convivencia no resulta
sencilla. Y no es que no lo puedas evitar, es que realmente no quieres hacer nada para moderar
eso.
○ Carecer de kits de herramientas de personalidad adaptativa puede hacerte recurrir
automáticamente a la manipulación y el drama en tus relaciones.
● Estoy seguro de que si eres una persona muy intensa alguien estará muy feliz contigo, pero tus
probabilidades dependen críticamente de que las personas que frecuentas y te rodean compartan
tu intensidad o tengan un umbral de tolerancia muy alto para ella.
Bueno, entonces si no le hace bien mi amor que me lo diga y ya.
● Como si fuera tan fácil decirte cosas que no te gusta escuchar.
● Una persona emocionalmente intensa se puede mostrar muy ofendida si su pareja le sugiere
remotamente que su intensidad le está asfixiando.
● Entonces la pareja, equivocadamente, prefiere aguantar para no lastimar, para que la relación no
se acabe o para que no haya una explosión de intensidad como respuesta al comentario que es
recibido como crítica.
○ Visto así parecería que alguien se está quedando más por miedo o necesidad y no tanto por
amor.
¿Cómo sé si soy yo o es mi pareja?
● Si respondes que sí a más de dos de estas preguntas, es muy probable que tú seas alguien muy
intenso o más bien intolerante a la intensidad:
○ Pensando en relaciones anteriores de cualquier tipo: ¿Alguien te ha comentado acerca de tu
aparente intensidad o, por el contrario, frialdad?
○ ¿De pronto sientes que la mayoría de las personas son muy intensas o demasiado pasivas?
○ ¿Frecuentemente quieres evitar o escapar de reuniones porque todos andan muy intensos o
te sientes obligado a animarlos porque no están prendidos?
○ ¿Sientes como una necesidad de disfrutar la vida al máximo y quieres que todos lo hagan?
¿Qué hacer entonces?
● Trata de desacelerar.
○ No se trata de que tengas que dejar de ser alguien intenso, pero podrías tratar de ser una
persona intensamente moderada.
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○ Si no puedes desacelerar, es momento de buscar ayuda, especialmente con el manejo de
tus emociones.
● Escucha a los que te rodean.
○ No necesariamente todos son unos amargos que no disfrutan de la vida, a lo mejor tú andas
muy acelerado y por eso te parecen así. A lo mejor no te dicen mucho porque ya te tienen
miedo, pero te puedes dar cuenta que tratan de evitarte, te dan el avión o realmente pasan
el menor tiempo posible contigo.
● Mantén los límites.
○ Hacia la persona intensa sin decirle cómo debe comportarse, sino como te afecta a ti y a la
relación su comportamiento. Evita generalizar, como cuando alguien dice “de todo haces
drama”. Sé específico: “Cuando te digo algo que no te gusta elevas el tono de voz y parece
que ya no escuchas”.
○ Pero también mantén los límites para ti. Trata de contextualizar a la persona, situación o
momento, eso hará más fácil la convivencia contigo.