"De la casa a la plaza" contra el aburrimiento de chicos y grandes

Ciudad de México

Con música de Cri-cri, sones, jaranas o mariachi las historias que entretienen a los niños y no tan niños de la Unidad de Tlatelolco inician con la voz del joven arquitecto Percibald García.

En el espacio de "Así las Cosas" con Gabriela Warkentin y Javier Risco, Percibald comparte que este proyecto emergente que ha llamado “ De la casa a la plaza” nace del confinamiento, a partir de entender cómo se sienten los niños en el encierro y su manera particular de ver y sentir la vida; en particular fue la respuesta al grito de un pequeño que gritó desde su ventana: ¡Estoy aburrido!

Su proyecto basado en los cuentos e historias que le narraban su madre y abuela se han complementado con peticiones de los propios niños y sus padres, pues afirma que sus historias son para todo público.

Para Percibald lo que era una tradición en casa como las historias de su madre que vivió de cerca el movimiento del 68 o su abuela creando un movimiento de reconstrucción tras el sismo del 85 fueron narraciones suficientes para echar a andar su imaginación y como arquitecto hallar en las plazas de su unidad el espacio para contar historias con la ayuda de su bocina.

Al igual que los organilleros o la marimba Percibald lleva distacción hasta las ventanas y como ciudadano regresar a los vecinos los espacios que señala tanto les ha costado tener para su conviviencia, generando así el arraigo en la zona de Tlatelolco.

Me gustaría seguir entregando estas historias a los habitantes de Tlatelolco.

Desde su perspectiva como arquitecto asegura que ve los espacios desde un sinfín de enfoques: cultural, social, política y económicamente desde los cuales también busca resolver algunas problemáticas de la unidad con historias como “La peor señora del mundo” en la que todos le hacen creer que lo que hacía era bueno y logran un cambio a través de la unión.