• 28 ABR 2024, Actualizado 23:51

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Reinas malditas, reinas marcadas por la tragedia

Lo que no sabías sobre las reinas más famosas de la historia

Reinas malditas, reinas marcadas por la tragedia / Foto: Especial

México

Desde niñas vivimos creyendo que la vida en la realeza es una vida de ensueño, que no hay historias de amor más románticas que las de las princesas y príncipes. Hoy viene la escritora Cristina Morató, y les vamos a contar la historia de las reinas del mundo real, que dista muchísimo de los cuentos de hadas. Desde la emperatriz Sissi, María Antonieta y Alejandra Romanov, todas tienen en común la soledad, la tristeza, la tragedia y los fracasos matrimoniales. Les vamos a enseñar el lado humano y menos conocido de reinas y emperatrices obligadas a llevar sobre sus hombros la carga de un imperio.

Isabel de Baviera: La Emperatriz Sissi

- Sus padres fueron forzados a casarse. Desde el primer momento, Maximiliano advirtió a su futura esposa que no la amaba y que se casaba por obligación.

- Su tía Sofía sentía mucha envidia por su madre.

- Su primo Francisco José, sintió un flechazo al verla

- Tuvo una hija a los 18 años que murió a los os años de edad, luego dos más, Gisela y Marie Valerie, sin embargo la llegada al mundo en 1858 de su primer hijo, Rodolfo, príncipe heredero, hizo que la emperatriz se encandilase de su único varón, dejando de lado a sus dos hijas.

- Como era tan joven, y su suegra tan dominante, a Sissi le quitaron a sus hijos al nacer y no influyó en su crianza.

- Su marido comenzó a engañarla con artistas y aristócratas, como la condesa Potocka, Anna Nahowski y la actriz Katharina Schratt, se decía que tenía varios hijos ilegítimos.

Foto: especial

María Antonieta, la reina desdichada

- Los primeros años en la corte de Versalles los vivió María Antonieta como había vivido en Viena: feliz, desinteresada y ajena a cualquier obligación que nadie le intentara imponer.

- Poco a poco su actitud alimentaría la circulación de historias sobre ella, entre los pasillos de palacio.

- Cumplido su principal deber, continuó también creciendo el número de críticas hacia la reina, voces que llegaron a límites tan graves como llegar a dudar de la paternidad del rey de alguno de sus vástagos.

- Las calumnias, críticas y difamaciones parecían no afectar demasiado a María Antonieta hasta que se vio inmersa en un truculento asunto conocido como el “asunto del collar”.

- A las puertas de la Revolución Francesa, María Antonieta abrió los ojos y se dio cuenta de la importancia de su figura.

- Se volcó en la educación de sus hijos e intentó colaborar con su marido en el gobierno cada vez más deteriorado. Pero ya era demasiado tarde.

Foto: especial

Alejandra Romanov, la última zarina

- Alix, como se la conocía cariñosamente, tuvo una infancia tranquila que se vio truncada en 1878 cuando una terrible epidemia de difteria se llevó por delante a algunos de sus hermanos y a su propia madre.

- Alix era una de las nietas preferidas de la Reina Victoria. Esta le buscó distintos pretendientes a los que la joven duquesa rechazó uno detrás de otro. Su corazón hacía poco tiempo que ya tenía propietario.

- Con motivo del noviazgo entre Isabel de Hesse, hermana de Alix, y el Gran Duque Sergio Alexandrovich de Rusia, Alix conoció a Nicolás, el heredero del imperio ruso, de quien se enamoró desde el primer momento, romance que no tuvo consentimiento por parte e ninguna familia.

- Las malas lenguas empezaron a hablar de una boda precedida de un negro ataúd.

- Alejandra se vio sometida a una angustiante presión de la opinión pública y de los rumores de palacio por no ser capaz de dar a la ancestral dinastía Romanov un heredero.

- Cuando por fin pudo tener un hijo, se dan con la noticia que heredó la hemofilia de la madre.

- La noche del 17 de julio de 1918, el sótano de la Casa Ipatiev, en Ekaterimburgo, fue el escenario del brutal asesinato de la familia real rusa.

Foto: especial

Victoria de Inglaterra, la viuda de un imperio

- Cuando la pequeña Drina, diminutivo de Alexandrina, no había cumplido aún un año, las sucesivas muertes de sus familiares cercanos la acercaron rápidamente a la ascensión al trono británico.

- La ascendencia de Lord Melbourne sobre Victoria terminó cuando la reina contrajo matrimonio. A partir de entonces, sería su marido y no el primer ministro el que la ayudaría y aconsejaría en las tareas de gobierno.

- A pesar de ser una madre prolífica, Victoria detestaba estar embarazada. Cada vez que estaba encinta, decía que se sentía "como un conejo o una cobaya". Lo que más le disgustaba era la lactancia, que consideraba una práctica repugnante.

El 14 de diciembre de 1861, su amado esposo fallecía, dejando a la reina sumida en una profunda tristeza y encerrándose por un tiempo en Windsor.

Foto: especial