La tauromaquia no puede modificarse tan drásticamente, dice ganadero
Sergio Hernández Weber aseveró que la ley de las corridas de toros sin sangre fue hecha con desconocimiento de la industria de la tauromaquia
Luego de la aprobación de la ley para prohibir las corridas de toros con violencia en la Ciudad de México, el ganadero de toros Bravos en Tlaxcala, de la Ganaderia Rancho Seco, Sergio Hernández Weber, dijo que fue hecha con desconocimiento de la industria de la tauromaquia.
En entrevista para Así Las Cosas con Enrique Hernández Alcázar, señaló que en Ciudad de México al año se usan 120 toros en las corridas, número que comparó con los animales que se matan en los rastros de la capital para el consumo humano.
A las vacas lecheras que están en establo les jalan las ubres para sacar la leche y también sufren, declaró Hernández Weber. “Hay especies que son para el uso del hombre”.
También aseguró que no se pueden regresar los toros después de estar en una plaza “por cuestiones sanitarias”, y que si un toro no sangra le puede dar “una congestión brutal” al grado de morir en el ruedo.
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El ganadero recalcó que pese a que están consientes de que la tauromaquia es un espectáculo anacrónico y que la vida va evolucionando, no puede modificarse tan drásticamente, porque es un rito que lleva 500 años.
Advirtió que no pararán de dar los argumentos para tratar de revertir la ley aprobada en la Ciudad de México.