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  • 27 ABR 2024, Actualizado 01:16

Cumple Servicio Sismólogico Nacional 110 años de servir al país

Desde el 5 de septiembre de 1910, sus integrantes están atentos a cada movimiento de tierra que se registra.

Cumple Servicio Sismólogico Nacional 110 años de servir al país

Cumple Servicio Sismólogico Nacional 110 años de servir al país / FOTO: Especial

México

Uno de los más avanzados de Latinoamérica, con tecnología de punta y a la par de otros en el mundo y que realizar una labor Imprescindible para coadyuvar en las tareas de protección civil, es el Servicio Sismológico Nacional (SSN) dependiente del Instituto de Geofísica de la UNAM, desde su inauguración, en 1910, ha registrado 72 grandes sismos.

"El más antiguo del cual se tiene el registro en catálogo corresponde al 20 de enero de 1900, se han registrado desde la inauguración del Servicio Sismológico Nacional 72 sismos con magnitudes mayores de 7", refirió la jefa de esta entidad universitaria.

El SSN trabaja las 24 horas, los 365 días del año y desde sus creación sus integrantes están atentos a cada movimiento de tierra que se registra.

Con la mirada puesta en pantallas con mapas, sismogramas y datos provenientes de cerca de 200 estaciones que van de Baja California a Quintana Roo, o con inagotable trabajo de campo y de cómputo, día con día cumplen la misión esencial de establecer y mantener una red de monitoreo de la sismicidad en México, que opera con los más altos estándares.

El beneficio que brinda a la población es inconmensurable, una de sus tareas fundamentales es emitir la información que genera, de manera oportuna y eficiente, a las autoridades y a la sociedad, señala Xyoli Pérez Campos, jefa del Sismológico Nacional.

Si no existiera, no habrá monitoreo continuo de los fenómenos sísmicos, ni sabríamos la localización y magnitud de los temblores. No se proporcionaría a las instancias correspondientes los parámetros para emitir alertas tempranas o iniciar protocolos de protección civil (que incluyen el sistema de alerta de tsunamis), ni se archivarían ni compartirían datos para investigaciones como las de ingeniería, que han permitido el desarrollo y evolución de los reglamentos de construcción, detalla.

El SSN tiene en su "inventario" 85 temblores de magnitud 7 o mayor, reportados incluso desde antes de su inauguración, a comienzos del siglo XX. El más antiguo corresponde al 20 de enero de 1900 (Autlán de Navarro, Jalisco, M 7.4).

Y desde su inauguración hasta la fecha se han registrado 72 fenómenos naturales.

Algunos de los ventanales del Centro de Monitoreo dan cuenta de los que ocurrieron hasta 2015, cuando iniciaron operaciones sus nuevas instalaciones. Fechas, magnitudes y lugares que van desde Mexicali, Baja California (20 de noviembre de 1915, M 7), hasta Tapachula, Chiapas (14 de diciembre de 1935, M 7.3), conforman una "galería" en la que pronto se incluirán los de 2017, 2018 y 2020, para recordar que México es un país de sismos.

Pérez Campos aclara que la cantidad de movimientos telúricos varía cada año, pero el aumento registrado últimamente se debe a dos factores: el incremento en el número de estaciones, que permiten detectar cada vez más eventos pequeños, y el sismo de magnitud 8.2 del 7 de septiembre de 2017, que generó miles de réplicas que también forman parte del "catálogo". En 2018 se reportaron 30 mil 350, y en 2019, 26 mil 418.

"Uno de los primeros registros que se tuvo antes de que el Servicio Sismológico Nacional se inaugurara de manera formal pero que ya se tenìa un sismómetro en Mèxico en el cual se podía registra la sismicidad del mundo, fue el sismo de San Francisco en 1906 es un sismo iónico en la sismología mundial", expuso Xyoli Pérez.

Por su parte Gerardo Suárez Reynoso, investigador del Departamento de Sismología y exdirector del IGf, explica que la sismicidad en México ocurre porque los temblores se producen principalmente en las llamadas fronteras de placas tectónicas, y "nuestro territorio se asienta sobre cinco de ellas, que tienen un movimiento relativo esporádico.

Cuando se acumula energía entre ellas se produce un deslizamiento que puede ser de varios metros, en el caso de un sismo grande. "Es como cuando empujamos un mueble muy pesado, nos recargamos hasta que tenemos suficiente energía para moverlo súbitamente".

Víctor Hugo Espíndola, responsable del área de Análisis e Interpretación de Datos Sísmicos del SSN -y quien se integró al Servicio en 1980 para trabajar como lecturista, siendo estudiante del primer año de licenciatura-, indica que la mayoría de los temblores en el país se producen en la frontera de las placas de Cocos y Norteamérica, en el Océano Pacífico, aunque en ocasiones también se presentan en una región epicentral que nadie espera, porque los periodos de recurrencia son de cientos de años, como sucedió el 19 de septiembre de 2017, en Morelos.Ya en la época reciente destacan los de 2017, en particular el del 7 de septiembre (Golfo de Tehuantepec, al suroeste de Pijijiapan, Chiapas), de magnitud 8.2, que se convirtió en el mejor registrado digitalmente.

El SSN fue el primero en Latinoamérica en trabajar con sismógrafos mecánicos "Wiechert", de fabricación alemana, y ahora innova con instrumentos digitales de vanguardia.

Pérez Campos explica que la instancia a su cargo opera 63 estaciones de banda ancha en todo el territorio, cuentan con un sismómetro que mide la velocidad con que se mueve el suelo, un acelerómetro que registra la aceleración y un receptor GPS/GNSS que mide el desplazamiento.

Esos datos son transmitidos vía satelital, por Internet y radio, hasta el Centro de Monitoreo, en Ciudad Universitaria, donde son recibidos por sistemas de cómputo que los analizan y procesan de forma automática, y los almacenan.

También reciben información de estaciones pertenecientes a otras instituciones como el Centro de Investigación Científica y Estudios Superiores de Ensenada, la Universidad de Colima, el Centro Nacional de Prevención de Desastres del gobierno mexicano, la Red Sismológica del Estado de Texas, y el Instituto de Sismología, Vulcanología e Hidrología de Guatemala.

Espíndola refiere que cuando los instrumentos en CU identifican que ha ocurrido un temblor de magnitud considerable, tardan entre tres y siete minutos en hacer un cálculo de su localización y magnitud.

Luego, en la página del SSN y sus redes sociales se da a conocer información esencial: epicentro (longitud y latitud), profundidad y magnitud estimada, así como la localidad de más de 10 mil habitantes más cercana. "En promedio se reportan de 50 a 60 sismos diarios, la mayoría de pequeños a moderados", precisa el experto.

Para complementar esta labor, se cuenta con otros dos pilares: el de Instrumentación y mantenimiento de estaciones sismológicas, y el de Sistemas y telecomunicaciones.

México asistió a la primera conferencia internacional de sismología en la ciudad de Estrasburgo, que hoy está en Francia, pero en aquella época era territorio alemán. La idea era conjuntar la Asociación Sismológica Internacional, y que cada miembro tomara dos responsabilidades: instalar más instrumentos en su territorio y compartir su información.

Nuestro país asumió el compromiso, rememora el excoordinador de la Investigación Científica de la UNAM, e instaló una red que fue pionera en su momento. Se decidió usar los mejores instrumentos y se colocaron aparatos en todo el país. Entre 1910 y 1923 se construyeron nueve estaciones sismológicas mecánicas autónomas. La central se ubicó en Tacubaya, en la capital del país, y las foráneas en ciudades como Oaxaca y Chihuahua.

Predicción y alerta sísmica

Xyoli Pérez reitera que los sismos no se pueden predecir. Aún no existe la metodología, técnica o instrumento que nos posibilite saber que va a temblar. Los ciclos sísmicos (el tiempo que ocurre entre un movimiento telúrico y otro en un sitio determinado) pueden tardar entre cientos y miles de años, de tal manera que 110 años es muy poco tiempo para, siquiera, tener estadísticas. Se trata de un fenómeno sumamente complejo.

Para Suárez Reynoso la predicción no es la panacea. "Lo más importante para prevenir daños durante un temblor es tener un buen reglamento de construcción, adecuado al sitio, a los suelos". Por eso es tan relevante la labor del SSN.

El Servicio no opera ningún sistema de alerta por sismos, aunque sí tiene colaboración con el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico que está a cargo del Sistema de Alerta Sísmica Mexicano, aclara la doctora en geofísica por la Universidad de Stanford con posdoctorado en el Instituto Tecnológico de California.

Para prevenir desastres, son importantes los simulacros. "Nos ayudan a darnos cuenta de lo que debemos hacer cuando se presente un evento; nos llevan a tomar mejores decisiones y más rápidas. Es recomendable hacerlos tanto como se pueda".

A corto y mediano plazos, el SSN tiene planes como instalar más estaciones en zonas donde falta cobertura, sobre todo en el centro-norte y la península de Yucatán. De igual modo, se trabaja en un centro alterno de monitoreo para que en caso de que fallen sistemas críticos que hoy son únicos, no se produzca un momento de "oscuridad" o "silencio".

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