La esclavitud moderna

Por Ricardo Bucio Mújica¿Quién aceptaría un empleo en donde no hay condiciones para que se establezca un salario digno, sin un contrato de por medio ni seguro social, horario definido, jubilación, vacaciones, aguinaldo, días de descanso establecidos, trato respetuoso ni indemnización? El 09 de agosto de celebra el Día internacional de las poblaciones indígenas. Que las mujeres sean indígenas no debe ser una condicionante para que sólo se dediquen al trabajo del hogar y no puedan tener otra posibilidad parar adquirir ingresos. En la película The Help (2011), de Tate Taylor, se narra la situación de las trabajadoras del hogar afrodescendientes que viven en Jackson, Mississippi, una de las regiones más racistas de los Estados Unidos. Hay cierto paralelismo con la situación que ocurre en nuestro país. A una de las mujeres le preguntan si desde niña sabía que iba a ser trabajadora del hogar y responde que sí, porque su madre lo fue y su abuela era esclava doméstica. La discriminación múltiple orilla a las personas a trabajar en condiciones no aptas. Muchas veces su origen étnico limita su acceso a la educación, a un mejor ingreso y a las posibilidades de acceder a una vida digna, como ocurre con las mujeres indígenas. Suele ocurrir que no reflexionamos en los derechos de las trabajadoras del hogar. Ellas hacen una labor que no se toma en cuenta. Si muchos de nosotros podemos asistir a la oficina, cumplir con nuestras labores, llegar a comer, pasear y divertirnos con nuestros hijos e hijas, incluso vacacionar, es porque tenemos en casa a una trabajadora del hogar ya sea de planta o de entrada por salida. Se les denomina de distintas maneras, la mayoría de ellas con un tinte peyorativo. Por esa razón, atendiendo a una consulta realizada en el 2000 por el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH), miles de trabajadoras emitieron su voto a favor de ser llamadas Empleadas del hogar

Según resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (ENADIS, 2010), realizada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), en México se tiene la impresión de que a las trabajadoras del hogar no se les da un buen trato, tres de cada 10 personas consideran que los derechos de ellas no se respetan. La edad promedio de las empleadas del hogar es de 38 años

El panorama es desalentador, aún así hay muchas mujeres que optan por este tipo de empleo debido a que no cuentan con otra oportunidad laboral. Por ejemplo, en uno de los municipios con más poder adquisitivo en el país, en San Pedro Garza García (Monterrey, Nuevo León), la mayoría de las trabajadoras del hogar son indígenas, gran cantidad de ellas provenientes de San Luis Potosí, y de lugares como Hidalgo, Veracruz, Oaxaca y Querétaro. Ellas reciben lo que se conoce como discriminación múltiple: se les segrega por ser mujeres, indígenas y porque no cuentan con recursos económicos; circunstancias que derivan en una desigualdad de trato. El próximo 5 de septiembre entrará en vigor el Convenio 189 y la Recomendación 201 sobre las trabajadoras del hogar. Ambos instrumentos legales establecen los derechos laborales. Confío en que esta medida sirva para revalorar la labor que desempeñan las empleadas del hogar, ya que en ellas depositamos lo más preciado de nuestras familias: el cuidado de sus integrantes y la casa. Y tú…¿qué trato le das a la trabajadora del hogar que está en tu casa y que, gracias a ella, puedes ocuparte de otros asuntos? *Presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred)

@ricardobuciowww.conapred.org.mx