con enrique hernández alcázar. Onésimo Cepeda, un personaje mundano y pastor de élites: Barranco

México

Onésimo Cepeda es un personaje atípico en la vida de la Iglesia Católica; era ostentoso, le gustaban de buenos vinos, de buena comida, de jugar golf, de ir a los toros, de salir en revistas y de codearse con las grandes figuras políticas del momento, señaló Bernardo Barranco, sociólogo especializado en creencias religiosas y cultura, en Así el Weso.

En entrevista con Enrique Hernández Alcázar, destacó que fue un personaje mundano, un adicto al poder y un pastor de élites que perteneció al llamado 'Club de Roma' junto con Marcial Maciel, Norberto Rivera y Girolamo Prigione, cuya idea era predicar el evangelio desde la pirámide de la sociedad, la gente que controla la vida económica, política y cultural de México, para desde ahí introducir una agenda conservadora.

Destacó que políticamente siempre fue muy priísta y formó parte o era capellán del Grupo Atlacomulco, muy cercano a la familia Hank González, se decía padrino de Eruviel Ávila, cercano a Enrique Peña Nieto y a Arturo Montiel, aunque se hacía el daltónico y supo acomodarse en el sexenio de Vicente Fox con el tema de la anulación del matrimonio de Martha Sahagún.

Recordó que fue un personaje tan incómodo para la Iglesia, que ésta aceptó sin tardanza la renuncia, a los 75 años de edad, de este obispo que se salía de todos los cánones.

"Creo que van a pasar muchos años de que volvamos a ver un obispo así, tan secular, tan mundano, yo diría hasta a veces pendenciero como él".

Finalmente, Bernardo Barranco reconoció que se trata de un personaje difícil de definir en pocos minutos, quien pasó de una juventud desenfrenada y aventurera a  una vocación tardía, pasando por facetas de motociclista, rockero, torero y hasta mujeriego.