CON GABRIELA WARKENTIN Y JAVIER RISCO. La vida sigue abriendo paso en Aguililla, pese al asedio del narco: Ferri
El periodista de "El País" habla de la situación en Aguililla. Michoacán en donde la gente busca salir de una guerra ajena
La vida sigue abriendo paso en Aguililla, pese al asedio del narco: Ferri
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México
Aguililla a medio camino de Tierra Caliente y la Costa es un “Callejón sin salida”, cuando las mafias toman la carretera municipal, así lo asegura el periodista de “El País”, Pablo Ferri, quien afirma que no obstante el embate de los grupos del narco, la vida se sigue abriendo paso.
El pueblo subyugado por la mafia, es un territorio en el que la rivalidad de acentúa por diversas situaciones, pero principalmente por ser un paso en un callejón sin salida señala Ferri en "Así las Cosas" con Gabriela Warkentin y Javier Risco, y relata la lucha entre mafias en ese territorio que se vienen dando desde hace quince años, Caballeros Templarios, Autodefensas, situaciones muy complejas por la presencia de diferentes grupos que tienen que ver más con las autodefensas viejas y con la irrupción de células que se dicen ser parte del CJNG y es un pleito de todos contra todos.
Aguililla detalla Ferri, está a medio camino de Tierra Caliente y la Costa es un “Callejón sin salida”, cuando las mafias toman la carretera municipal como un territorio de pelea. Ayer mismo afirma se ha vuelto a cerrar la carretera.
Señala que en Apatzingan se han refugiado muchos desplazados de Aguililla desde diciembre, uno de ellos relata el despojo no solo de bienes materiales, sino la muerte de su esposa, su hija y varios familiares más. Asimismo, asegura que los gobiernos de Apatzingan y de Aguililla están divididos por los mismos grupos criminales, y a quien no coopera lo matan, señala.
Pablo señala que la vida sigue abriéndose paso y resiste a pesar de las condiciones, pero asegura que da lástima que esa carretera que debería de ser de libre acceso para la población sea cerrada por los grupos de narcos, los caminos rurales también son cerrados y cobran por el paso a los pobladores y parece increíble que con unos cientos de policías haya permanecido abierta solo por la visita del Nuncio Apostólico Copola y ahora nuevamente esté cerrada.
