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  • 26 ABR 2024, Actualizado 22:26

CON MARTHA DEBAYLE

CON MARTHA DEBAYLE. Felicidad e inteligencia: ¿se puede ser inteligente y feliz?

Viene Enrique Tamés y les va a decir qué onda con la inteligencia, qué eso de ser inteligente y qué tiene que ver con nuestra felicidad

Felicidad e inteligencia: ¿se puede ser inteligente y feliz?

Felicidad e inteligencia: ¿se puede ser inteligente y feliz?

23:00

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Dr. Enrique Tamés, decano regional de la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey.

TW: @enriquetames

La pregunta se remonta al pasado, y tiene que ver con las diferentes maneras en que la historia del mundo occidental ha entendido lo que es la felicidad. En una de las aportaciones más recientes, durante finales del siglo XIX, por influencia del romanticismo alemán, surge el concepto del “idiota feliz”.

 Sólo el idiota puede ser feliz, dado que no se da cuenta de todas las condiciones, razones y circunstancias para ser infeliz. El mundo es injusto, cruel, lleno de problemas. ¿cómo ser feliz en un mundo lleno de tantas razones para no serlo? Ahora bien, como acabo de mencionar, esta es una manera de entender la felicidad, hay tantas como épocas existen, hay tantas como seres humanos existen. Sin embargo, con algo de ayuda de la ciencia reciente y de serias reflexiones filosóficas, podemos ponernos de acuerdo.

¿Se puede ser inteligente y feliz?

Antes de contestar a la pregunta, hay que definir de manera más precisa qué debemos entender por “inteligencia”.

¿Qué eso de la inteligencia?

La manera “típica” de entender a la inteligencia está en franco desuso: el famoso “coeficiente intelectual” es un conjunto de parámetros muy limitados. No por ser diestro numéricamente o lingüísticamente, se es inteligente. La manera de entender la inteligencia ha cambiado mucho en los últimos años.

Una teoría que ha aportado aproximaciones interesantes a la inteligencia es la teoría de las Inteligencias múltiples de Howard Gardner: nadie es inteligente a secas, o tonto a secas; se es inteligente, dependiendo de para qué, y de condiciones genéticas y de estímulos del exterior (aprendizaje). Hay muchas maneras de ser “inteligente”:

Lingüístico-Verbal, la capacidad de manejar y crear lenguajes escritos y orales.

Lógico-Matemática, el dominio del pensamiento numérico, las relaciones abstractas entre las ideas y el pensamiento lógico.

Visual-espacial, la destreza de reproducir y comprender tridimensionalmente la realidad.

Musical, muy relacionada con la lógica-matemática, pero que se crear a través de sonidos.

Corporal-Kinestésica, destreza física.

Naturalista, capacidad de relacionar y encontrar o crear un orden en los objetos de nuestros entorno.

Existencial (espiritual), la destreza de pensar y resolver los grandes dilemas de la vida.

Creativa, pensamiento divergente, holístico,

Intrapersonal, Habilidad de conocerse a uno mismo, los sentimientos o pensamientos, entenderlos y tener la capacidad de incluir en ellos, modificarlos.

Interpersonal, Es la habilidad para relacionarse y llevarse bien con otras personas, ser empático, con escucha atenta, con la capacidad de construir relaciones a largo plazo.

Emocional, combinación entre la interpersonal y la intrapersonal.

Una última consideración: durante mucho tiempo asumimos que ser inteligente tenía que ver solamente con procesos internos en el cerebro relacionados únicamente con la comprensión o el entendimiento del mundo y de cómo funciona. Hoy sostenemos que la inteligencia no solo consiste en “pensar”. Las personas inteligentes piensan, hacen, son hábiles, tienen destrezas, además de competencias.

¿Entonces?

Entonces, contestando a la pregunta, las personas inteligentes pueden ser felices, y es más fácil cuando su inteligencia descansa en la emocional (combinación entre la inter y la intrapersonal). Durante mucho tiempo pensamos que la emoción es el gran impedimento para ser feliz, y lo es, si no las entrenamos, las ejercitamos, las encausamos a hacernos sentir felices.

La felicidad está íntimamente relacionada con la inteligencia emocional, y es la que debemos procurar desarrollar para ser más felices.

Ser inteligente emocionalmente significa que uno tiene una predisposición y que tiene uno la práctica (aprendizaje) para lograrlo, pero no significa forzosamente que uno sea feliz. Además de la inteligencia, que ayuda, se necesitan circunstancias, se necesita voluntad. A algunos seres humanos, dado su niveles de desarrollo de la inteligencia emocional, les será más fácil que a otros.

Ojo: Esto sólo significa eso: que a algunos se les facilitará más que otros ser feliz, pero a nadie, a nadie está negado esta aspiración legítima para todas las personas.

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