Gastronomía. La historia detrás de Ignacio Anaya, mexicano que inventó los nachos

Mexico City

Seguramente muchos hemos disfrutado de esta deliciosa botana, pero jamás nos hemos puesto a pensar el cómo surgió, o quién la invento.

Ignacio Anaya, no fue ni rico, ni famoso, a pesar de ser conocido mundialmente por los Nachos, este hombre jamás recibió dinero por su invención, ni mucho menos se arrepintió de no haberlo patentado.

“Es solo un aperitivo para mantener felices y bien alimentados a mis clientes. Es como cualquier otro platillo de la frontera” recalcó Ignacio.

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En algún momento uno de sus hijos intento patentar el invento de su padre, pero desafortunadamente no pudo, pues varios restaurantes ya incluían en su carta los nachos y ya había una gran variedad de combinaciones.

Ignacio Anaya procreo una familia de nueve hijos a lado de María Antonieta Salas y fue el creador improvisado de los nachos, un platillo muy sencillo, pero original, que algunos aseguran que es más consumido que los propios perros calientes en los estadios de Estados Unido.

Este señor nació el 15 de agosto, hace 124 años, en una localidad mexicana de estado de Coahuila llamada Acuña.

El invento de este famoso platillo tiene varias versiones, pero se sabe que todo inició en 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, en el Club Victoria de Piedras Negras en el que trabajaba Ignacio como jefe de camareros.

Al local llegaron un grupo de mujeres, esposas de militares norteamericanos, en algunas de las versiones se dice que todavía la cocina no estaba lista, ni los ingredientes para dar de comer y en otra versión que ya era tarde y que estaban a punto de cerrar.

El punto es que Ignacio al ver a los clientes con demasiado apetito, tomo unas tortillas fritas cortadas en formada de triangulo, que en México se conocen como totopos y las introdujo en el horno, acompañados de queso Wisconsin rayado y unas rajas de jalapeño.

El resultado final fue exitoso, pues las mujeres y el propio Ignacio lo calificaron como una “delicia”, en ese momento las mujeres les llenó de intriga cómo es que se llamaba el platillo, aquí surgen varias versiones una que Ignacio respondió con un simple no sé y entonces una de ellas bautizo aquella comida de color naranja como “Nacho´s Special”. La segunda teoría se dice que fue el propio Ignacio el que culmino su creatividad poniendo su apodo añadiendo la palabra especial.

A partir de ese día el platillo empezó a esparcirse, pues las mujeres decidieron cocinar el platillo que habían conocido en la frontera mexicana, el restaurante de Piedras Negras lo puso en su menú y así fue como se fue extendiendo de ciudad en ciudad hasta llegar a los cinco continentes.

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Lo único que se sabe de Ignacio “Nacho” Anaya es que abrió su propio restaurante en 1960 con el nombre su apodo y que falleció 1975, a los 80 años, en Piedras Negras.

Un grupo de amigos empresarios quisieron perpetuar la creación de Ignacio Anaya constituyendo en 1995 la fecha del 21 de octubre como Día Internacional del Nacho.