La música no deja dormir a Don Erasmo

Por Olga Rosario Avendaño/enviadaGuachochi, Chihuahua.- Se despierta y se duerme con la música en su cabeza. Tiene 87 años de edad, es Premio Nacional de Ciencias y Artes 2002 en el campo de Artes y Tradiciones Populares, creció en un ambiente musical porque su padre tocaba el violín, es violinista y compositor en su lengua rarámuri,  hablo de Don Erasmo Palma Fernández del municipio de Guachochi, Chihuahua, que se encuentra en plena sierra Tarahumara

Desde el 1952 se dedica a impulsar coros infantiles, pero desde niño compone canciones, “siempre me gustó la música, la música está en mi cabeza y no se me quiere quitar, no me deja descansar, toda la noche está conmigo la música

--¿Desde que era joven?--Desde que era joven, porque mi papá era muy bueno, sobre todo porque mi papá también era buen bailarín de matachín”

Con violín en mano, Don Erasmo sube al escenario e interpreta su música y en el canto le acompaña el coro de Niñas de Guachohi, quienes visten con el traje que usan las mujeres tarahumaras. Pero antes de que ejecute sus canciones, el presentador dice de él, lo siguiente:“Don Erasmo siempre ha compuesto canciones invitando a la reflexión de que no somos absolutos en la tierra, que tenemos que obrar siempre con el bien”.  En entrevista con W Don Erasmo reitera que la música le gusta mucho y lo ve como su alimento del alma, “siempre me ha gustado, es mi alimento. Si es como un alimento, porque la gente…  es como es como un alimento, al estar todos llenos de alegría al oír la música es como un alimento para la persona, le entra hasta en el corazón y siempre no se le olvida, como que ya había comido algo, y aunque ya se retiraron de donde estaba la música, pero sigue la música en su cabeza”

La  música de Don Erasmo se transmite localmente por la estación radiofónica de la Comisión Nacional de Pueblos Indígenas (CDI). Él se presenta en diversos foros como ejecutante del violín y con el coro de niñas, tanto en ciudades del norte del país, como en el Distrito Federal

Es informante y traductor de obras básicas para el estudio de la cultura y lengua tarahumaras, como La visión del mundo de un tarahumara, de la que es coautor. En 1997 publicó el libro Donde cantan los pájaros chuyacos, en el cual relata parte de la cosmovisión de los tarahumaras.