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  • 26 ABR 2024, Actualizado 00:04

Calderón protesta como presidente

Al grito de "sí se pudo" y luego de varios días de tensión en San Lázaro, Felipe Calderón protestó como presidente de México en una ceremonia de cinco minutos donde se esfumaron los fantasmas de la violencia entre panistas y perredistas.

México D.F., 1 de diciembre, 2006.- Al grito de "sí se pudo" y luego de varios días de tensión en San Lázaro, Felipe Calderón protestó como presidente de México en una ceremonia de cinco minutos donde se esfumaron los fantasmas de la violencia entre panistas y perredistas.

Entre la algarabía de los legisladores panistas y los gritosinconformes de perredistas que fueron prácticamente avasallados, alas 9:46 apareció detrás de las banderas del recinto CalderónHinojosa y Vicente Fox, quien aún portaba la banda presidencial.

"Protesto guardar y hacer guardar la Constitución de los EstadosUnidos Mexicanos y las leyes que de ella emanan, desempeñando leal ypatrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblome ha conferido", declaró Calderón en la disputada tribuna.

Con la mano derecha al frente, sereno, flanqueado por Fox y lospresidentes del Senado, el priista Manlio Fabio Beltrones; de laCámara de Diputados, el panista Jorge Zermeño Infante, Calderónrindió protesta como mandatario Constitucional de México.

Ningún integrante del Partido de la Revolución Democrática (PRD)cerca de Felipe Calderón era la consigna de la bancada panista,comandada por Héctor Larios Córdoba.

Ruth Zavaleta Salgado, vicepresidenta de la Mesa Directiva porel PRD y quien hizo guardia en su curul en la tribuna durante tresdías, fue prácticamente parada de su lugar por una decena dediputados del Partido Acción Nacional (PAN).

El cinturón de panistas arropaba al mandatario e impidió losintentos de 20 diputados del PRD que intentaron subir por la escaleraderecha. Ni un paso atrás. Las panistas fueron las más aguerridas.

Arriba en la máxima tribuna de la nación, Vicente Fox se quitabala banda presidencial. Por un momento titubeó. Calderón le habló aloído a Zermeño, quien de inmediato recibió el símbolo patrio y se loentregó al nuevo presidente de México.

A las 9:47 Calderón, con una ligera sonrisa en el rostro,lució ante el pleno de San Lázaro la banda presidencial. De inmediatolos flashes, los aplausos, el "sí se pudo" avasallaron a lasconsignas perredistas de "Obrador".

En un momento se unieron todos los colores del Congreso paraentonar el Himno Nacional. Los panistas con especial alegría, losperredistas con la mano en alto, los legisladores del PartidoRevolucionario Institucional (PRI) portando banderas tricolor.

A las 9:51 Zermeño levantó la sesión. Todo había concluido conun saldo blanco e inició el festejo, los abrazos, las felicitaciones,incluso las lágrimas de alegría de algunas legisladoras azules.

Los perredistas con resignaciónabandonaban el Salón de Plenos. Los más "duros", los identificadoscon la corriente de René Bejarano y cercanos a Andrés Manuel LópezObrador, con evidente molestia. La mayoría tranquilos porque no hubomás zacapelas ni violencia.

De nada sirvió que los perredistas bloquearan desde temprano loscinco accesos al Salón de Plenos, en un intento por tratar de que nose cumpliera el quórum necesario. De nada los jaloneos, gritos,sombrerazos y una guerra de tácticas de ambos lados.

Mientras la Comisión de Cortesía para recibir a Calderón,encabezada por el senador Ricardo García Cervantes, dialogaba con losperredistas para pedir que dejaran ingresar al michoacano, detrás delas banderas ya estaba listo el operativo de recepción.

Los desconcertados legisladores del PRD intentaban adivinar laestrategia de ingreso, cuando Calderón estaba frente al atril demadera con el escudo nacional. "Nos chamaquearon", gritó una diputadadel partido del sol azteca cuando se percató de que todo fue en vano.

Calderón Hinojosa, quien contra los pronósticos arribó en unacamioneta blanca por el basamento, se retiró de inmediato. Algunosinvitados, como George Bush padre, aún no se instalaban en el palcode invitados cuando todo había terminado en el Salón de Plenos.

En esa zona de invitados especiales, el príncipe de Asturias,Felipe de Borbón; el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger,y el embajador de Estados Unidos, Antonio O. Garza, convivían sonotros políticos mexicanos y aplaudían al término de la ceremonia.

Abajo los panistas salían del recinto jubilosos, cantando,gritando consignas como "México, México", "Felipe, Felipe" y el "síse pudo", mientras agentes del Estado Mayor Presidencial y la PolicíaFederal Preventiva se retiraban a discreción, con todo y vallas.

En San Lázaro la nubes que señalaban la tormenta política sedespejaron en lo que fue el inicio formal del mandato de FelipeCalderón como presidente de la República para el sexenio 2006-2012.

Al final de la sesión un abrazo entre los líderes del PAN en elSenado, Santiago Creel y del PRD, Carlos Navarrete, era prueba de queel termómetro de la tensión política en el Congreso había descendido.

"Cada quien a su trinchera, en el Senado dialogamos el próximolunes", soltaba el panista al despedirse. "Ya veremos porque lascosas no están bien", respondía el perredista.

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