¿Por qué perdemos el deseo por la pareja?
6 cosas que matan el deseo y la pasión por tú pareja
¿Por qué perdemos el deseo?
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La psicoterapeuta Tere Díaz; especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Su más reciente libro "Cómo identificar a un patán".(TW: @tedisen // @LaMontana_ // terediaz.com)estuvo en cabina con Martha Debayle y nos contó todo sobre aquellas personas que pierden el deseo por su pareja.
1) Placer sexual.
El placer sexual es el más fuerte de los placeres. ¿Sí o no?
Por eso crean las latigazos más fuertes: Si alguien nos generan placer erótico, trataremos de encontrarlo una y otra vez.
El buen sexo vincula. Cuando la experiencia del placer es mutua, se establecerá entre ambas personas un vínculo duradero, capaz de resistir incluso graves frustraciones.
La relación erótica desde el punto de vista corporal nos proporciona la experiencia más placentera que podemos sentir: el orgasmo.
Pero más importante aún es el hecho de que sea la única que posee la capacidad de disolver nuestras características más estables y, por tanto, más rígidas: El “Yo”, la historia personal, la identidad, el tiempo, quedan suspendidos gracias al erotismo.
Esta ligazón desencadena otros fenómenos: apego, enamoramiento, intimidad, amor.
El erotismo surge del cultivo de la excitación: es la búsqueda intencionada del placer. Aquí entre el deseo y el desempeño.
2) El Deseo
En la base del erotismo está el deseo: El deseo sexual es la base del amor erótico, pero este es frágil y caprichoso. Si el deseo aumenta, la interacción también.
Uno de los mayores problemas de la actualidad es la extinción del deseo:
El acceso fácil al sexo. Oferta que demanda.
La excesiva proximidad de los amantes.
Y la interacción permanente conducen a la desaparición del deseo y al declive de la relación amorosa.
El amor en la presencia el deseo surge en el anhelo, en el desafío, en la escasez, en la independencia; por tanto, en una cierta distancia.
Deleuze: Somos seres deseantes: Cuando tienes lo que deseas lo dejas de desear.
6 cosas que matan el deseo:
El miedo.
Que te duela.
La rutina.
Prejuicios confundidos con valores.
La saturación.
Siempre uno toma la iniciativa.
Diferencias de frecuencia.
Los rituales dispares: son el conjunto de prácticas que forman el repertorio sexual y que varían desde un gusto tradicional hasta un gusto transgresor.
La no resolución: no es lo mismo cuando la relación culmina con un clímax satisfactorio para ambos que cuando alguno queda insatisfecho.
La afectividad post orgásmica desincronizada.
La falta de salud, vitalidad y cuidado personal.
Lo no obvio que mata el deseo:
Lo demasiado suave.
La inequidad de poderes.
La exagerada transparencia, las “certezas totales”.
La extrema cercanía.
La relación “hermanosa”.
La relación “sobre cuidadosa”
Los celos.
El no erotismo.
El Desempeño Sexual.
Hay que saberle:
Base teórica elemental.
Conocer el propio cuerpo.
Conocer el cuerpo del otro.
Acoplamiento sexual: Iniciación, frecuencia, rituales, orgasmo y post orgasmo.
Práctica, experiencia.
¿Qué es normal?
Lo que hacemos desde la congruencia personal sin que eso esté descontextualizado de la moral pero si fuera de los prejuicios.
Legalidad y congruencia son referentes más válidos que el social para decidir lo que podemos permitirnos.
Pero ¿Qué hace la gente en su privacidad, qué es lícito permitirse en el sexo?:
1) El 30% de las parejas practican el coito anal como variante esporádica para evitar la rutina sexual e incentivar su sexualidad.
2) Del 70% de mujeres que no lo aceptan una tercera parte disfrutan cuando se les introduce un dedo o algo menor a un pene.
3) Más del 20% usan variantes orgásmicas distintas al coito vaginal o sexo oral.
4) Una de cada seis mujeres que practica la felación le gusta tragar el semen.
5) Más del 10% de las parejas usan con frecuencia y un 40% en ocasiones, vídeos pornográficos.
6) Esporádicamente la estimulación lingual de la entrada del conducto anal y rituales sadomasoquistas como morder, pellizcar, atar, vendar.
Aceptando siempre que la sexualidad es dinámica y evolutiva y que el código sexual aunque pueda estar bien definido, no es estático, por el contrario ha de ser abierto, plástico y evolutivo.
El mejor antídoto de la separación es la evolución. No hay que caer en la represión ni temer la perversión, esto se facilita con la regla de oro y el establecimiento del código sexual contrastado con el de la pareja.