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  • 23 ABR 2024, Actualizado 14:23

CON MARTHA DEBAYLE

CON MARTHA DEBAYLE. La neurociencia de la discusión

¿Qué se activa en nuestra cabeza que nos hace gritar, llorar, aventar cosas, ponernos violentos, sacar cosas del pasado, hasta calmarnos?

La neurociencia de la discusión

La neurociencia de la discusión

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Martha Debayle en entrevista con Eduardo Calixto, neurofisiólogo, Médico cirujano con Maestría y Doctorado en neurociencias por la UNAM.

ENOJO

• Es una respuesta del cerebro ante una disonancia cognitiva.

• El enojo puede ser proactivo o reactivo.

• Viene de las partes menos inteligentes del cerebro y atrapa a respuestas inmediatas que no necesariamente son las mejores analizadas.

• Depende de nuestros niveles neuroquímicos (75% es interpretación), del horario, de la presencia de terceros, de la época del año y de satisfactores inmediatos.

• Comúnmente el cerebro quiere ganar una discusión o evitar culpa o vergüenza.

• La mayoría de las discusiones se deben a que la causa de la molestia es que cada cerebro sabe detalles que el otro ignora.

• Reaccionamos a lo más habitual, engañoso y ofensivo

Lo que nos pasa cuando discutimos

1. Incremento en la velocidad de pensamiento:

• Pensamos rápido, pero disminuimos objetividad.

• La amígdala cerebral analiza todo como amenaza.

• La corteza prefrontal inicia a perder proyección social, se toma todo personal

• La adrenalina se libera de forma rápida y el metabolismo cerebral aumenta.

• Se elimina atención global y se objetivita la atención.

• El hipocampo hace recuerdos inmediatos y mezcla tiempos, palabras, espacios

• La dopamina genera atención selectiva, emoción para amplificar memoria.

• La serotonina genera obsesión, activando al giro del cíngulo para interpretar.

• Se inicia la etapa de amenaza subjetiva y emoción negativa (me hierve la sangre).

Recuerda que: los cerebros de las mujeres entienden más rápido las palabras, prosodia y hablan más (32 mil palabras/24h), sus áreas de interpretación del lenguaje están más conectadas. Cerca de su ovulación son aún más claras para hablar y más agudas para entender.

2. Prosodia y verbalización:

• La manera como escuchamos las palabras gradualmente se va perdiendo atención, se normaliza el tono de la voz.

• Voces agudas cansan más y desesperan más al cerebro, en especial los lóbulos temporales inician a desensibilizarse.

• Por esta razón el cerebro cambia el tono, la expresión y el lenguaje corporal queremos influir tanto que la voz nos puede temblar.

• Los individuos que más discuten, inician haciéndolo desde los 8 a 12 años de edad y el desarrollo es hasta los veinticinco años.

• Existen distintos factores que detonan y cambian las discusiones. Hambre, sueño o estrés incrementan el estado de irritabilidad en el individuo, la verbalización cambia y la interpretación de las palabras, también.

• Aparecen las groserías o los adjetivos hirientes.

Recuerda que: los cerebros de las mujeres tienen más grande el hipocampo, , es decir: recuerdan más en menos tiempo, se emocionan más que un varón y activan con mayor eficiencia los hemisferios cerebrales, interpretan mejor las emociones. Los varones tienen más grande las amígdalas cerebrales y su testosterona lo que los hace iracundos, posesivos y dominantes y más violentos reactivos y proactivos.

3. Gritos:

• Las amígdalas cerebrales se sobre activan en especial los núcleos centrales.

• Se activan áreas emotivas (VTA, accumbens) y disminuye la memoria a corto plazo.

• La corteza prefrontal deja de funcionar en promedio durante 25-30 minutos.

• No hay objetivos de análisis, solo descripción.

• El hemisferio cerebral derecho mantiene mayor actividad (menos realista)

• El cerebelo, se meta a discutir obviedades y tonterías.

• El hipocampo se pone a analizar detalles de memoria o pensamientos anacrónicos.

• Se activa el sistema nervioso simpático: incrementa la actividad cardiaca

• El cerebro piensa más rápido de lo que habla y está a punto de detonar su violencia.

• Los ganglios basales toman control de actividades y pensamientos, al reverberar los ciclos de atención: repetimos, repetimos, damos vuelta, analizamos lo que nos conviene y se vuelve el proceso en ciclos interminables de volver a empezar la discusión.

4. Golpes:

• Ya no hay control prefrontal, el cerebro se vuelve completamente límbico, como el de un gato.

• La inteligencia la dejo hace 20 minutos.

• Entre más testosterona hay más violencia.

• Se generan procesos de violencia, no solo física, sino verbal.

• Llega a ser el prototipo de agresor de su propia especie, se convierte en el depredador de sus congéneres

• Se inicia un trastorno cercano a la psicopatía

• En un adecuado estado de salud mental y una corteza prefrontal sana, la fase violenta se puede auto limitar.

• La impulsividad tiene una relación directa con los niveles de dopamina, mientras más altos sean los niveles de esta hormona, el individuo actuará con menos lógica

• Si hay adrenalina se impulsa más rápido al detonante violento.

• Los individuos más violentos tuvieron una etapa difícil entre los 8 a 12 años de edad.

Recuerda que: Al ser expuestos a un estrés agudo, los hombres se vuelven mentalmente más activos, es el único momento en que se invierten los niveles de actividad cerebral, ya que la mujer disminuye el número de neuronas activas en dichos momentos.

5. Llanto:

• No en todas las discusiones lloramos.

• Es 75% más frecuente en las mujeres, un 90% más fácil cerca del ciclo menstrual.

• Los varones inician su llanto después de los 35 a 38 años de edad.

• Varios componentes están involucrados: la sensación de vulnerabilidad, la necesidad de una explicación, procesos culturales, subjetividad

• Somos la única especie que interpreta las lágrimas de nuestro interlocutor.

• El giro del cíngulo le da interpretación a las lágrimas: la más importante (si es que hay salud mental) calmarnos, hacernos sensibles, ser empáticos y solidarios.

• A los 500 ms de la primer lágrima, el cerebro se inicia a tranquilizarse, es la única manera de decirle a la amígdala cerebral calma, a través de un lenguaje de interpretaciones, de esta manera se busca tranquilizar tanto al agresor como al agredido.

• El metabolismo cerebral se incrementa aún más, para cambiar la función objetiva del enojo y procurando modificar la furia del violento.

• Llorar nos hace más humanos

• Después de llorar se siente más cansado, evita más discusiones

• El cerebro humano aprende esto de tal magnitud que manipula con lágrimas las discusiones.

Recuerda que: Los niveles altos de testosterona de los varones les quita el reflejo del llanto, la interpretación del mismo. Por eso, la gran mayoría de varones jóvenes no comparten la magnitud de la tristeza y les cuesta trabajo creer en la autoría de las lágrimas de los demás. Un hombre menor de 25 años, que llora en una discusión puede ser que finja y no conmueva a los demás por el proceso.

6. Calma

• 30 minutos después de una discusión violenta, de golpes, llanto… vidrios rotos, muebles fuera de lugar y ropa desgarrada. ¿Qué le pone frenos a la discusión?

• La corteza prefrontal.

• Para contrarrestar las situaciones de miedo, agresión, tristeza o estrés agudo, lo más apropiado es la liberación oxitocina.

• Abrazar, besar, escuchar con empatía incrementan los niveles de oxitocina.

• No hay manera que un cerebro sano quiera seguir en la violencia después de 30 minutos.

• Las discusiones que no se limitan en ese periodo, indican cerebros con mala salud mental, envueltos en un ambiente tóxico. Cerebros de personas con trastorno de la personalidad.

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