Frida también ha ayudado en rescates en Haití, Ecuador y Oaxaca

Con las gafas protectoras bien ajustadas bajo sus orejas peludas y botines todo terreno en sus cuatro patas, Frida agita la cola mientras escala las montañas de escombros que dejó el sismo del pasado martes, en búsqueda de señales de supervivencia con su agudo olfato canino.

Esta labrador color miel se convirtió en un ícono del heroísmo en México. Tan aclamada entre sus colegas como en las redes sociales y los medios de comunicación. Incluso un hombre de Tamaulipas se tatuó una imagen de este perrito en el brazo.

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Frida es especialista en detección de personas vivas en escombros, y en su carrera incluye rescates en los devastadores terremotos de Haití en 2010, Ecuador en 2016, así como en Juchitán tras el sismo del pasado 7 de Septiembre.

Frida se ha vuelto en una extraña figura, cuya labor ha repercutido más allá de nuestras fronteras, y un ejemplo de ello son los reportajes que han salido en Japón, en donde la han bautizado como “Marina San”, debido al chaleco que la identifica como un elemento más de la Secretaria de Marina.

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Y es que el equipamiento de trabajo de esta perrita, además de ser encantador, asegura el bienestar de los perros que dedican sus días a las tareas de rescate. Las gafas protegen sus ojos en caso de exponerse al humo, polvo y otras sustancias que puedan encontrarse en las zonas de desastre, mientras que sus pequeñas botas protegen sus patitas de cualquier objeto cortante que pudiera estar en el suelo. En caso de tener que descender a cavidades profundas, Frida cuenta con un arnés que le permite llegar a los lugares necesarios para alertar sobre la presencia de vida humana bajo los escombros, y como hemos visto, su labor ha hecho la diferencia ante las peores tragedias naturales que han ocurrido en los últimos años.

No obstante, ella no es el único can rescatista, ya que de acuerdo con la Secretaria de Marina, México cuenta con cerca de 300 perros binomio, de ellos los más famosos hasta ahora son Evil, Eco y por supuesto Frida, de quién ya se comercializan diversos productos, que van desde calcomanías, tazas, piñatas, camisetas y tatuajes, cuyas ganancias se destinarán para ayudar a los damnificados del sismo.

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Sí, Frida es ya un símbolo de esperanza en épocas de tragedia, pero también en el símbolo de nobleza y servicio que ha caracterizado a los miles de brigadistas, rescatistas, voluntarios y ciudadanos que han puesto de su parte en los últimos días para ayudar a quienes más lo necesitan.