Hay un homosexual en la familia.. ¿Qué hacer?
Con motivo del Día Internacional de la Lucha Contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, Mario Guerra, psicoterapeuta, habla de cómo apoyar a un familiar homosexual
Hay un homosexual en la familia.. ¿Qué hacer?
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Lo que se celebra es que el 17 de mayo de 1990 se eliminó a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales de la OMS
Desde 2004 se instituyó como el día para hacer conciencia sobre la discriminación por preferencia y diversidad de género.
En Mx se conmemora desde 2014
El tema de este año es “Salud mental y bienestar”
POR QUÉ ES NECESARIA LA CONCIENTIZACIÓN?
En la actualidad, en 78 países es ilegal ser homosexual.
PENA DE MUERTE PARA HOMOSEXUALES:
además de algunas zonas de Nigeria y de Somalia
ALGUNOS DE LOS PAÍSES QUE CRIMINALIZAN LA HOMOSEXUALIDAD: DE MESES EN PRISIÓN A CADENA PERPETUA:
Argelia
Libia
Nigeria
Marruecos
Túnez
Guinea
Senegal
Camerún
Burundi
Etiopía
Uganda
Tanzania
Kuwait
Líbano
Qatar
Siria
Afganistán
Pakistán
Sri Lanka
Corea del Norte
113 países en el mundo “autorizan” la homosexualidad, pero sólo en 10 es legal el matrimonio entre personas del mismo sexo
Argentina
Sudáfrica
Canadá
Islandia
Noruega
Suecia
Bélgica
Países Bajos
Portugal
España
y en algunas partes de México y Estados Unidos
EN DÓNDE SE RECONOCEN SUS DERECHOS POR COMPLETO (por orden cronológico de legislación)
Holanda
Bélgica
España
Canadá
Sudáfrica
Noruega
Suecia
Portugal
Argentina
Islandia
No todo es blanco o negro.
Tradicionalmente pensamos en las personas primero identificándolas por su género y/o edad (la niña, el señor, la muchacha). Después pensamos que hay hombres y mujeres que son heterosexuales, homosexuales o hasta bisexuales. Muchos encierran todo en el término “Gay” o “Lesbiana”.
Pero investigaciones recientes nos dejan en claro que esto no sólo limita, sino hasta estigmatiza a las personas, las que tienen diferentes grados de atracción y relaciones, románticas y/o sexuales, con personas del mismo sexo o del sexo opuesto.
Entonces en vez de categorías, deberíamos pensar en un espectro que puede de ir desde una total homosexualidad hasta una total heterosexualidad, en donde se dice que al menos un cuarto de la población mundial está en este espectro entre ambos polos. También recordemos que no todos tendrán el mismo tipo de involucramiento con los otros. Algunos lo harán de manera cerrada, otros abierta, otros platónica, algunos será atracción sexual, otros romántica, unos más combinada.
¿Cómo reaccionan las familias?
Esto va a depender de qué familia estemos hablando y cuál sea el mito familiar alrededor de la sexualidad y su diversidad.
Si es un tema tabú, si es abierto o si es pecaminoso, etc.
En general hay dos grandes posturas.
Si la familia piensa que la sexualidad es inmoral, entonces serán partidarios de que esta es producto de una elección o de una influencia social dañina, por lo que buscarán:
Restauración: Presión para la “corrección” del camino.
Revolución: Exilio o suspensión de los derechos familiares del “desviado/a”.
Si la familia es partidaria de la libre expresión y vinculación sexual y afectiva, entonces tenderán a pensar en la homosexualidad como resultado de factores biológicos que influencian la orientación sexual. Entonces las familias podrán acceder a la
Revelación: El que la persona que aman sigue estando ahí, sólo que ahora saben de ella algo que no sabían y que no es una enfermedad.
Si es un menor, se alarman más y buscan “corregir” a tiempo buscando cambiar conductas “alarmantes”.
Aunque no se manifieste abiertamente, el rechazo y el miedo se sienten en el trato y es entonces que el menor se empieza a sentir “raro” o “sucio” en el único lugar que debería acabar por sentirse seguro y aceptado de manera incondicional.
¿Por qué la homofobia familiar?
¿Qué es una fobia?
Es un temor intenso e irracional, de carácter enfermizo, hacia una persona, una cosa o una situación. Es un miedo exagerado en proporción a la amenaza objetiva que representa aquello a lo que se teme.
¿Cómo surge?
Una experiencia traumática
Una creencia distorsionada
A la mente no le gusta no saber, así que cuando no tiene información, tiende a llenar los huecos de lo que no comprende con lo que tenga a la mano. Generalmente entintado de omisiones, generalizaciones y distorsiones.
Si lo que se aprende o comprende es algo que no podemos acomodar o asimilar en nuestro marco de referencia personal, o nos parece inusual, indebido o raro, eso nos provoca miedo.
Este miedo se convierte en terror si lo que nos “amenaza” lo percibimos fuera de nuestro control y además como muy dañino. Con el miedo se adopta un pensamiento de blanco-negro, por lo que si la persona no está bien, entonces por fuerza estará mal.
¿Por qué la homofobia puede pesar más que el amor que se le tiene a alguien de la familia?
El miedo es una emoción primaria, en tanto que el amor es un sentimiento que, ante la presencia del miedo, puede no ser tan poderoso. Entonces ante una fobia o miedo irracional, el amor que se le tenga a un ser querido puede pasar a segundo término, al menos por momentos. (El amor sigue, pero la fobia lo aplasta).
Efectos negativos de la homofobia familiar
El Estigma.
¿De quién lo heredó? ¿Quién tuvo la culpa? ¿Somos una familia fallida? ¿Es un castigo o prueba divina?
La distorsión.
Como sea cae en una disonancia, con un hecho que no se sabe cómo manejar, algunos recurren a la religión, al fanatismo o a la ciencia para endurecer sus posturas
Se convierten en intérpretes y heraldos de la voluntad de Dios.
Alegan señales apocalípticas y de descomposición social por la aparición de la homosexualidad en el mundo.
El diablo suele intervenir aquí.
Vivimos en una especie de “Heterosexismo científico” en donde se nos ha hecho creer que sólo la heterosexualidad es lo correcto y lo demás es aberrante.
Se buscan intentos de cura.
La negación
Se sabe del tema, pero la familia no habla de él y se pretende seguir una vida “normal”, con momentos incómodos como cuando alguien pregunta “para cuando tienes novio” o “quien es el amigo de tu hijo que siempre está aquí en los cumpleaños”.
Se crea un mensaje implícito de “si no puedes ser heterosexual, al menos que nadie te lo note o lo sepa”.
La exclusión o el exilio
Todos queremos pertenecer a una sociedad, pero si nosotros, o alguien de la familia hace algo indebido o fuera de la norma, se está en riesgo de perder el estatus o la pertenencia. Se crea una carga de vergüenza que trata de ocultarse o corregirse.
Incluso de niños de la familia (asunción de homosexualidad = perversión o “contagio”).
Muchos no quieren que los niños se enteren o vean la no heterosexualidad pura como algo normal porque piensan que al ver otros modelos que “están de moda” se les van a antojar o se van a desviar.
¿Es una obligación salir del closet?
Es una decisión personal el cuándo, cómo y con quién abrir el tema.
Quizá no es buena idea mantener en silencio esto por vergüenza, miedo o represión.
¿Y si encima se tiene pareja?
Quizá la pareja viva o haya vivido un poco la misma experiencia.
Deben formar un frente común no “contra” el mundo, sino “con” y “en” el mundo al cual todos pertenecemos.
¿Qué hacer?
Preventivo
Ser más fluidos en nuestra forma de pensar. Mirar la realidad desde distintas perspectivas; tratar de comprenderla, en vez de buscar cambiarla, especialmente si nadie nos ha pedido ayuda para ello.
Recordar que una persona se siente “inadecuada” cuando hemos construído modelos rígidos de lo que es correcto. Podríamos enseñar que:
Una pareja sin hijos, también forma una familia, y no sólo el modelo “tradicional”.
Una pareja está compuesta por dos personas que se aman, que no siempre son del mismo sexo, y que deciden si quieren o no tener o adoptar hijos.
Antes que ser hombres y mujeres, somos personas.
Correctivo
Apertura
Reconocer que, como humanidad y desde la ciencia, hay mucho que aún no comprendemos acerca de cómo las personas desarrollan su identidad de género y su orientación sexual.
Lo que sí tenemos claro es que hay una gran variedad de factores, biológicos y sociales, que influyen en la formación de la identidad sexual de cada uno.
Dignidad
Evitar el ocultamiento, hablar de estos temas en la casa, con chicos y grandes y escuchar sus opiniones y posturas.
Reconciliación.
Cuando ha habido una fractura en una relación a raíz de esto, bien podrían recordar que son personas, lo que se han amado y lo mucho que les lastima no el hecho, sino la distorsión y creencias alrededor del hecho. Flexibilizar posturas de ambos lados. Ser homosexual o heterosexual no es ni bueno ni malo, aunque lamentablemente en nuestra sociedad es un mayor reto ser “diferente” que “común”.
Perdón.
Con un espíritu de reconciliación, y si procede, podemos empezar a pensar en perdonar a los que por ignorancia nos estigmatizaron. Aunque eso no libera de su responsabilidad a los que actuaron con violencia en nombre de la fe o las “buenas costumbres”.
Reintegración.
De todos en un mundo de seres sintientes, no todos heterosexuales, no todos guapos e incluso no todos humanos.
Me interesa pertenecer a esta familia por quien soy, pero no estoy dispuesto a hacerlo si el precio es ser alguien distinto que Ustedes esperan que yo sea.